Empezamos hoy una sana costumbre que esperamos mantener durante mucho tiempo: un poema al mes (por lo menos).
Y comenzamos con un poema que implica a dos amigos nuestros: Tirso y Marcial.
El poema es Tirso Priscilo Vallecillos, a quien seguramente conocéis porque nos visitó el curso pasado (puedes conocerlo AQUÍ).
El recitado y la interpretación es de nuestro compañero, profesor del Maese durante tres años Marcial Ruiz, en su canal de Youtube, Poesía y Artes Marciales. Aquí abajo puedes ver el vídeo y, más abajo aún, leer el poema. Deja tus comentarios al final.
Los feroces años 20
Abro el año con la prudencia del zorro
y la decisión del adolescente,
también como el que cala un melón
que sabe podrido...
y aun así sonrío para el selfie que subo
a Instagram, Facebook y Twitter.
Abro el año con la ingenuidad del que cree abrir un año.
Entre propósitos ajenos y un gélido viento arena,
es el año el que, en realidad, se cuela entre nosotros.
No sé si se han dado cuenta:
los años llegan cada vez más psicópatas
más mirada perdida, más reojo traspiés
más puñal invisible, más patada ciega
más pintada cobarde, más abrazo dolor...
pérdida sulfúrica, cruz arma, sonrisa amenaza
hermano traición, amistad obscena, latigazo ludópata
inquietud cotidiana, hemorragia rotura...
Más silencio trampa
silencio monotonía
silencio cloroformo.
Los feroces años veinte acaban de llegar,
son feroces porque no queremos escucharlos
como a los hijos que nos echarán de nuestras casas
¡ni siquiera han tenido que llamar a la puerta!,
les hemos abierto, nos hemos apartado sumisos
con una copa rebosante en nuestras manos.
Dónde han quedado los quéformassonesasdevestir
o aquellos creesqueesmaneradecomportarse...
Vosotros seguid así, fijándoos en la anchura de sus espaldas
en las curvas que los delimitan, en el tono subido de sus pezones
e ignorad la sangre,
ignorad la sangre… si no es para señalar la mancha
ignorad la sangre… haced que se disuelva en silencio.
Ya solo nos queda el silencio:
llorar es un lujo de niños o ancianos;
gritar, un acto reservado al lunático...
nada que nos podamos permitir.
Ya solo nos queda el silencio.
Otro año se nos ha metido entre las costillas
otra década la suya, y estiran sus brazos para desperezarse,
cualquier día nos revientan
y nos pillan callados como el peligro norcoreano,
callados como la madre callada que revienta enferma.
Y nos pillan callados mientras caminamos callados
bajo cualquier estandarte…
entonando en las entrañas algún himno pegadizo.
Escribimos pacientemente el paso del tiempo
como el escolar que practica caligrafía
con frases de fresas fractales
con frases de fresas fractales
con frases de fresas fractales
Y cuando dominamos la técnica,
cuando al fin dominamos la técnica,
pasamos al periodo de desaprendizaje:
dos diestros dedos desbrozan dignidades
dos diestros dedos desbrozan dignidades
dos diestros dedos desbrozan dignidades
hasta que la dignidad se convierta en otro rezo,
en otra fórmula, en otra canción,
hasta que la dignidad sea otro hastaquelamuertenossepare
otro jurodecirlaverdad, otro mealegrodevolveraverte…
hasta que la dignidad se convierta en otro rezo,
en otra fórmula, en otra canción.
Estamos solos, desnudos de esperanza, solos.
La esperanza no se recolecta en campos ajenos
la esperanza no se hereda
la esperanza no se compra en AliExpress:
la esperanza es como el fuego, nace de una chispa
y luego se eleva como una enredadera
por los brazos, hasta las manos
junto a un inconfundible crepitar de pupilas.
Solo con escupir muere la esperanza.
Abro el año con la sonrisa rota de los padres
con hijos rotos. Sonríen silenciosamente,
achinan sus ojos como si no quisieran ver.
Sus sonrisas son algo pederastas,
algo prostitutas, algo asesinas, algo ladronas,
algo proscritas, algo desgraciadas, algo indecentes.
En sus sonrisas también cargan silencio.
Aquí no hay grata sorpresa, aquí hay un melón podrido,
y todo el mundo se relame y segrega
sobre sus propios pies quién sabe qué ácidos
y no se mueven, y no nos movemos...
Cualquier amago de algo, y digo “de algo” consciente
de no saber de qué se trata... Cualquier amago de algo
se retira, junto a la vajilla, después de la sobremesa
y permanece en una alacena hasta la siguiente comida familiar.
Cualquier amago de algo es la única esperanza.
Cualquier amago de algo siempre muere en las alacenas.
Abro el año como el que cala un melón
que sabe podrido, y el año hay que abrirlo
como si fuera una nuez:
reventarlo sin contemplaciones
extraer un poco de comida
un poco de entretenimiento
un poco de aquíandotiradoenelsofá...
no mucho más, con eso nos conformamos,
no mucho más, pero lo señalo
y me aparto y digo: míralo,
viene más psicópata que nunca
y me giro y me hago un selfie
para Instagram, Facebook y Twitter
y desisto en la monotonía de lo irremediable
justo como si lo que va a ocurrir
ya hubiera sucedido.
Tirso Priscilo Vallecillos: Los feroces años veinte
Este poema, fue escrito por Tirso Priscillo Vallecillos e intenta acercarse a los jóvenes recitando una dura y triste realidad en todo el poema. Al ser poesía, se puede ver de distintas maneras, ya que ar ser una forma de expresión, cada persona lo siente de una manera diferente y lo identifica dependiendo de como sean sus circunstancias vitales. Podemos fijarnos para, un poco, sacar lo que intentaba expresar el autor desde su punto de vista; Y lo que yo creo que pensó al escribir este poema es a como hemos ido evolucionando y en lo que nos hemos convertido. Y eso lo escribe de manera triste, melancólica, pensando en los años anteriores y en el paso del tiempo. Se puede ver que …
Tirso Priscillo Vallecillos, autor del poema "Los feroces años veinte" intenta acercar la poesía a los más jóvenes acompañado de una dura y triste realidad, a través de este largo y denso poema. Este, puede interpretarse de diversas formas, ya que el propio título es el que desde un principio presta a confusión. ¿A qué se refiere realmente "los feroces años veinte", a esta década?, a la década del siglo pasado?, a los adolescentes que forjarán su vida en el transcurso de diez años?
Lo que si podemos tener claro, es que el autor hace especial mención al paso del tiempo, en lo que nos hemos convertido las personas a lo largo de los años, con total desesperanza, con sueños…