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Ganadores I Concurso Literario: Prosa 3º y 4º de ESO

Actualizado: 15 jun 2021


Con esta entrada concluimos la publicación de los textos ganadores de nuestro I Concurso literario. Corresponde a la modalidad de Prosa, en la categoría 3º y 4º de ESO.

Ya sabes que, al tratarse de textos muy largos, aquí te ofrecemos solo el principio, seguido del enlace de descarga del archivo pdf.

Damos la enhorabuena a los ganadores y esperamos que disfrutes de la lectura.

En breve, publicaremos todos los textos participantes en un único volumen recopilatorio.


Un giro de 360 grados

AUTORA: Carolina Montilla Pérez, 4º ESO

Primer Premio Prosa, 3º y 4º de ESO


La mezcla de cosas aleatorias, puede cambiar la vida de muchas personas inesperadamente.

Por el pasillo venía una chica morena, con el pelo corto. El color de sus ojos era un azul brillante como el cielo en un día soleado. La chica iba sonriendo mientras caminaba hasta que se paró justo delante de un chico alto. Ambos tendrían unos dieciséis años.

—Soy Giselle — dijo aquella chica.

—Eres la nueva, ¿verdad? — la chica asintió. El niño era alto moreno con ojos color café, desprendía belleza, por esos ojos qué brillaban y esa sonrisa perfecta, aunque pasaba la mayoría del tiempo serio—. Soy Paul, te estaba esperando. Me han pedido que te enseñe el instituto mientras llegamos a nuestra clase, pero va a ser una visita corta.

El instituto no era tan grande como se lo esperaba Giselle, acabaron en menos de cinco minutos, y Paul decidió presentarle a sus compañeros. Giselle se notó un poco incómoda en aquel momento, no por ser la nueva, sino porque los chicos y las chicas decían su nombre y se empezaban a reír, incluido Paul. En aquel momento supo que no iba a estar muy cómoda en aquella clase.

—Y, ¿quién es aquella chica? —Giselle señaló a una chica rubia, con el pelo dorado, que miraba a la ventana cómo si esperara algo o alguien o simplemente también se sentía incómoda con aquellas personas que solo reían.

—No es nadie — contestó Paul — solo es… la rara. Su hermana lleva desaparecida tres días, nadie sabe qué le ha pasado, ya la han buscado por todo el pueblo, pero no tienen ni una sola pista de dónde puede estar su paradero. Mucha gente dice que ya es inútil seguir buscándola, que debe estar muerta.

Un giro de 360º
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Pedro

AUTOR: Antonio Benítez Tirado, 4º ESO

Segundo Premio Prosa, 3º y 4º de ESO


Pedro es un chico de ocho años que vive en Asturias junto con sus padres y su hermana Lucía. Le encanta leer, jugar al fútbol con sus amigos del colegio, ver películas y estar con su abuelo. Cuando llega el sábado, va con su padre a visitarlo a su casa en el pueblo. Vive un poco lejos, en Sotres, pero eso a él no le importa. Adora pasear por el pueblo, ir a los campos en los alrededores, alimentar a los animales de la granja, plantar y cultivar verduras en el huerto y, sobre todas las cosas, le apasiona ver las estrellas en las noches de verano con el viejo telescopio de su abuelo.

Pero, cierto día comienza a propagarse una enfermedad, no muy dañina para la mayoría de la población, pero mortal para ancianos y adultos con cierta edad ya. Es por eso que Pedro debe quedarse en la ciudad, resistiéndose a ver a su abuelo. A la vez, se preocupa de lo que le pueda pasar, ya que ronda los ochenta años, aunque sigue igual de enérgico que hace treinta años.

Pedro quiere seguir en contacto frecuente con sus abuelos, pero al vivir en una zona rural, carecen de internet y de medios de comunicación más allá de las cartas. Es así que el joven Pedro decide comenzar a escribir misivas a su abuelo para contarle como avanza la situación y lo mucho que le echa en falta.

Las cartas posteriores narran hechos acontecidos en periodos de uno a tres meses.

16 de marzo de 2020

Siento haber tardado tanto en escribirte. He tenido que comprar sellos y cartas y con la situación actual ha sido un poco difícil. A todo esto, ¿cómo estás? Supongo que allí en el pueblo estaréis más tranquilos, pero aun así debéis tener cuidado. En las noticias afirman que es muy contagioso y supone un gran peligro, en especial para las personas mayores como tú y la abuela. Resguardaos todo lo posible y salid de casa solo para lo necesario.

Mamá dice que nos van a imponer un confinamiento domiciliario temporal. Esperemos que sea breve y no muy duradero para que así podamos visitaros con regularidad. Aprovecharé cada ocasión en la que papá salga a comprar para pedirle que lleve las cartas a correos.

Pedro
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Miedo

AUTOR: Librada González Herencia, 3º ESO

Mención especial Prosa, 3º y 4º de ESO


Cuatro llamadas perdidas.

Sandra estaba temblando de pies a cabeza y podía sentir como la opresión en su pecho la estaba ahogando. Todo por un mensaje que había recibido hacía menos de un minuto: Perdóname por última vez, te quiero. Ella sabía a lo que Paula se refería y el tiempo seguía corriendo.

El camino hasta casa de su mejor amiga, aunque solo fueron veinte minutos, se le hizo eterno. Tocó el timbre, pero nadie respondió, debía de usar la llave de la puerta trasera que la familia Rodríguez escondía detrás de la persiana. Entró por la cocina, dispuesta a ir al dormitorio de Paula, pero no haría falta. Ella estaba allí, tirada en el suelo, rodeada de envoltorios de pastillas y con dos sobres en la mano.

—No…Por favor… —la voz entrecortada de Sandra era casi inaudible.

Cayó de rodillas al lado del cuerpo inconsciente y sintió el peso de un mundo caer sobre ella. Pero tenía buenos instintos y reaccionó llamando a una ambulancia. Y así es como terminó en el hospital, viendo cómo se llevaban a Paula en una camilla.

No va a salir de esta, y es tu culpa. Pensamientos intrusivos se colaban en su mente, encerrándola en un trance, dejándola anonadada. Y entonces se dio cuenta: su cara estaba llena de lágrimas, en su garganta un nudo y su boca seca. Miró hacia abajo, en su regazo estaban los sobres que recogió antes de llegar allí. Parecían ser cartas, un sobre llevaba su nombre y en el otro ponía: Mamá. Como estaba sentada y nadie venía a comunicarle nada, decidió abrir la suya con la esperanza de poder escapar de la realidad que estaba viviendo.

Para Sandra.

Me has dicho tantas veces que esta no era la solución que terminé creyéndolo por un tiempo, pero ambas sabíamos que este día llegaría.

Miedo
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